Eran probablemente las
5:45 pm del cinco de marzo del 2013, cuando escuché el comunicado por una
emisora. No recuerdo el trivial de la misma, solo el mensaje, que de alguna
manera parecía equivocado o era yo la que no lo podía creer. Hugo Chávez Frías,
actual presidente de Venezuela había fallecido, luego de más de año y medio luchando contra el cáncer, enfermedad terminal que al final nunca supimos donde
la tenía…
Su muerte, al parecer
se había producido por “un infarto fulminante” a las 4:25 pm de ese día en el
Hospital Militar de Caracas, lo que significó siete días de duelo nacional… Inmediatamente las especulaciones comenzaron a hacer estragos en las redes sociales y admitían
que ya estaba muerto desde antes, luego de que prácticamente se fuera el 10 de
diciembre del 2012 a La Habana –Cuba para intervenirse por tercera vez y hasta
el día de su muerte no se tuvo una noticia fehaciente al
respecto.
En lo que si
coincidieron las criticas, comentarios, insultos e informaciones fue en la
realidad: "el fin de una ERA" que muchos vivimos desde la niñez, desde aquel
entonces, ese diciembre de 1998 cuando Chávez logró ganar la presidencia ante
su seguidor más cercano en votos, Henrique Salas Romer.
Fue ese mismo año, que
Chávez mencionó la decisión de crear una nueva constitución venezolana y citó
aquellas mismas palabras de Simón Bolívar: “Aunque la naturaleza se oponga
lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”… Palabras que para muchos críticos
fueron como una profecía que sentenció lo que ocurriría en el estado Vargas y
arruinaría por completo las navidades de ese año. El deslave, la tragedia más
grande que ha ocurrido en Venezuela y de la que aún ese mismo territorio no se
ha recuperado, ni ha vuelto a ser la gran zona turística que era en aquellos
años noventa por sus playas y comercios.
Tendría yo unos nueve
años cuando vi a Chávez por primera vez en televisión. No tenía la edad
suficiente para votar pero le hacía caso a lo que decía mamá y si ella decía que
el comandante no sería buen presidente, pues yo le creía. Recuerdo que el caso
contrario fue papá, quien con su mente testaruda quería hacer su voluntad y
seguía insistiendo en que ese era el presidente que iba a cambiar a Venezuela. Sin duda… LO HIZO.
Tengo 23… un sinfín de
sueños y recuerdos por delante, entre ellos cada diciembre que he pasado en
casa de mi abuela, de los cuales nunca falta la política sobre la mesa. Como olvidar
que cada 24 y 31 de diciembre la pregunta era ¿Cuándo se va Chávez?… aquel
señor de traje militar y boina roja que por un ligero momento fue derrocado el
11 de abril de 2002, para luego regresar a los dos días. Creo que ese hubiera sido el
chance propicio para que él se fuera, ya que luego de ahí las cosas no volvieron
a ser las mismas.
¿Por qué nada fue igual
desde entonces? porque luego quienes decían que eran chavistas o quienes eran
de oposición en realidad se han vuelto parte de un “mazacote” de decisiones. Los
medios de comunicación cada día comenzaron a ser amenazados, algunos cerraron,
algunos decidieron de la nada apoyar a la revolución luego de que eran los
primeros que emitían críticas destructivas del Socialismo del Siglo XXI. Uno de
los que fue incapaz de ponerse de rodillas fue RCTV, el canal que muchos
conocimos desde niños por sus novelas emocionantes, algunas “culebreras” y programas
chistosos como Radio Rochela; compuesta por actores que hicieron su escuela
y su carrera en esos pasillos… ¿por qué recalco la presencia de ese canal? porque
sé que la nueva generación no pudo tener el privilegio de pasar el canal 8 y
ver el logo RCTV. Ese logo integraba nuestra identidad criolla y la de muchos
de mis colegas periodistas.
Nunca olvidaré ese 27 de mayo de 2007, cuando a la medianoche la señal se fue sin más… esa
pantalla de colores quedó negra. Pero oscura no solo de sintonía, sino también de
esperanzas…
Era yo una estudiante
de Comunicación Social e inmediatamente al día siguiente no hizo falta pisar la
universidad. Las clases fueron suspendidas por los disturbios que se originaron
a nivel nacional en protestas por las medidas gubernamentales… y por la idea
de que Tves (canal del gobierno) hubiera reemplazado la señal abierta del canal
opositor. De nada valió… hoy, luego de casi seis años RCTV no ha vuelto a la televisión nacional, a pesar de que no han dejado de emitir noticias por
páginas web y redes sociales.
Lo que más impresiona
de esto no es tanto la pérdida de un canal, ya que solo es uno ante muchos
otros que han tenido que cerrar, o ante la gran cantidad de periódicos que no
han podido seguir circulando por la falta de divisas, de papel, de tinta, de
los materiales necesarios para trabajar…. Ante prohibiciones que día a día
pone el gobierno. En tiempos actuales hay que ponerse una camisa roja, una gorra y
salir a la calle a marchar, así no quieras dejar tu sitio de trabajo. Si no lo haces ofendes a la "PATRIA".
Las emisoras también
han sucumbido ante esa realidad e incluso ahora si los medios no pasan
publicidades del Estado, o dicen lo que ellos quieren, son amenazados. ¿Qué
somos realmente los periodistas entonces? ¿Acaso forma parte de nuestra ética dejar
de ser imparciales y convertirnos en las marionetas del gobierno encargado? Y entonces ¿A qué se le llama libertad de expresión?...
Hasta un animador famoso a nivel nacional, que incluso pertenecía a RCTV antes del cierre, osó ponerse de
rodillas por Chávez… propio de un fanatismo absurdo. Dice una frase: “No podemos ponernos de rodillas frente a ningún gobierno, solo frente a Dios”.
Y es que los seres
humanos somos así, vivimos de un ídolo, necesitamos depender de algo que
veamos. Pero qué son los gobiernos más que transiciones que vienen y van, los
gobernantes son iguales que nosotros, un mortal más para el montón, que un día
como hoy pueden estar muertos, como a todos nos tocará la hora.
Chávez, un hombre
acostumbrado a hablar toda la vida, murió en el silencio… con un mensaje a
nivel nacional de su fallecimiento, ante una lucha incansable de células cancerígenas… esa
enfermedad que como cualquier vicio es capaz de destruir desde algo microscópico hasta
una familia entera… un padecimiento que sin duda a nadie se le desea y menos a
un hombre que a pesar de sus faltas cambió el país, logró preocuparse por los
pobres, porque esas personas que se sentían recluidas fueran parte del sistema
social, que tuvieran una oportunidad de surgir. Solo que muchas de sus políticas
no fueron bien aplicadas.
¿Somos culpables acaso
los venezolanos de que ahora en los mercados se sepa que hay azúcar, aceite,
pollo, jabón, harina, mantequilla, café (…) por una cola en la entrada del
comercio? Y que aún así tengas que recorrer hasta seis establecimientos para
conseguir todo lo que buscas... A mis nueve años la única cola que se hacía era
para pagar.
¿Somos culpables acaso
de que en estos 14 años la inseguridad haya aumentado al colmo de que Caracas
sea la tercera ciudad más peligrosa de América en el 2013?... que en años
anteriores los paredones de las casas pudieran saltarse escalándolos y ahora
todas parezcan una fortaleza llena hasta de circuitos eléctricos.
¿Somos culpables de que
el Peso, que antes era una moneda por debajo del Bolívar ahora sea más
fuerte?.... y que nuestra moneda que tanto nos enorgullecía ahora esté más
pobre e inutilizada que hace 30 años…. Aún teniendo la bonanza petrolera más
alta de todos los tiempos…
Por eso digo, si
Chávez cambió el país LO HIZO... pero para bien y para mal.
Somos motivo de sintonía
a nivel mundial… somos la sensación del momento, todo lo que pueda pasar es
importante… ahora el 14 de abril volveremos nuevamente a los centros
electorales, como hemos acostumbrado estos 14 largos años… sin tregua… el país
donde más elecciones ha habido pero en el que no valen opiniones diferentes.
¿Qué harán ahora los
chavistas?... controlarán también las redes sociales para que nadie opine al
respecto… o nos limitaremos, entre chavistas y opositores a seguir
insultándonos a diestra y siniestra, como si no hubiera más motivos para vivir
que la política.... Rivalidades que han surgido de la nada, artistas que han sido
ofendidos y agredidos por pensar diferente, aquellos que simplemente siguen a
la revolución porque les parece que está bien lo que están haciendo.
No criticaré a ninguno
de ellos, porque hasta aquel septiembre del 2012 que conocí a Chávez en una
rueda de prensa me cayó bien… sin duda su carisma no tenía padrote, lo
desbordaba a su paso, y sus palabras envolvían como aquel orador que sabe que
es escuchado y que le apasiona serlo… provocaba de verdad sentarse a hablar con
él, oír aquellas historias que pregonaba. “Con la cordialidad inmediata y la
gracia criolla de un venezolano puro”, como citaría el propio Gabriel García Márquez
en una de sus crónicas.
Pero ese Comandante en Jefe tuvo
demasiada paciencia, seguridad (o quizás incompetencia), el ansia constante de control y poder, de vivir más años con
la batuta de Venezuela en las manos que no pensó que la muerte nos llega a
todos y ni siquiera sabemos cuándo… Y nos dejó así, sin más, esperando un
nuevo desenlace, una nueva esperanza... en esta nación del verano eterno.
Seguimos en las mismas,
tal cual como nos hemos acostumbrado los venezolanos (“mientras vamos yendo
vamos viendo”), a la espera de que nos resuelvan los problemas… quizás fue ese
mismo 2007 cuando dejamos de luchar y nos fuimos conformando poco a poco en las
nuevas leyes, en las nuevas medidas, en la nueva escasez…. Dejamos pasar una
Venezuela de promesas y nos convertimos en una de esperas.
Fue ese cinco de marzo
el que quedará marcado para siempre en la mente de muchos… el que aún no
creemos que haya ocurrido como ocurrió… Fueron tantas navidades esperando que
por fin Chávez saliera del poder que hoy por hoy más bien algunos lo quisiéramos
de vuelta para que termine eso que empezó…. Para que nos diga ¿Cuál era ese Socialismo del Siglo XXI que tanto pregonaba? Y del que hoy se están dando
hasta en la madre a ver quién se queda con la mejor parte.
“A mí no me tumba
nadie. Derrotar a Chávez es como tragarse un crisol de aluminio o una barra
candente de acero. Ni muerto me sacan de Miraflores”… Una de las frases que
dijo en vida y una de las que más me ha impresionado, y es que era un hombre
que con palabras dejaba sentencias, escribía su destino… ¡Qué gran fuerza la que
tiene la mente y el corazón! Esa seguridad que impartía a su paso, a si sea a
fuerza de embustes.
Esa misma seguridad que
una vez escuché hablar a mi papá, quien me dijo: “es que yo voto por él porque
habla con aquel magnetismo propio de los lideres, habla tan bonito, que todo
parece cierto”… Y ese magnetismo es el que le falta a muchos que no son como el
líder carismático que siempre fue Chávez.
Muchos profesionales y
muchos venezolanos que aún amamos este hermoso país, del cual no hay uno que se
iguale, nos preguntamos ¿Qué pasará ahora?… será que no hay futuro para pensar
diferente, será que seguiremos viendo la fuga de talentos, de amigos, de
artistas, personas que buscan su destino en otras naciones y no precisamente
porque no amen a este país… sino porque sienten que los años solo han causado retrocesos
y nada de mejoras. ¿Será que seremos Cuba, pero no tan drásticamente, sino que
poco a poco nos hemos ido convirtiendo en ella?...
Diversas incógnitas
surgen en nuestra mente, y sin respuestas, solo podemos sentir miedo... No sé
que pase el 14-A, solo sé que deberíamos tomarnos de la mano como venezolanos,
como esos seres tan felices a nivel mundial, con esa chispa y esa humildad que
nos caracteriza y levantar las banderas de la PAZ de una vez. Esperar lo que
tenga que pasar y desear que algún día esto sea diferente, que el nuevo
amanecer nos traiga los retazos, pero no la pérdida total de nuestra nación.
Que así sea pieza por
pieza podamos recuperar a nuestra hermosa Venezuela. El país en el que el sol
brilla todos los días para decirnos que no perdamos la FE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario