Miedo... la sensación de querer alejarnos de algo que nos aterra. Tememos a lugares, cosas, hechos... personas. ¿Pero la fobia también puede deberse a la cobardía?
La cobardía de enfrentar una nueva situación en nuestra vida. Algo que puede cambiarnos para siempre o algo que de alguna manera ya nos cambió, pero no como esperábamos.
Quizás también somos temerosos al porvenir, a no saber que puede pasar de un momento a otro con nosotros. Y nos aterra enfrentarnos al propio MIEDO.
Pero no todo es negativo. A veces cuando somos capaces de luchar contra lo que nos asusta, somos los más valientes del mundo.
Hay un pensamiento que me gusta mucho. Dice: "Si tu debilidad más grande es el AMOR, entonces eres la persona más fuerte del mundo". Es en ese momento, en el que muchos podemos confesar que ahí está nuestro "talón de Aquiles".
A veces conseguimos abrirle paso a los miedos sólo con el hecho de escuchar una canción, oír una frase, leer un texto, pasar por un lugar, oler un aroma, hacer un gesto, escuchar una palabra... y de repente regresa el vuelco al corazón.
Decimos: "El corazón es un órgano". Y cuando nos da ese cosquilleo, proveniente de ese órgano que llamamos insensible, llegamos hasta a temerle a sus latidos.
¿Cómo un pequeño miembro del cuerpo puede a veces tener más poder sobre nuestra voluntad?
Simplemente nos domina y llega a decidir muchas veces por nosotros, sin darnos cuenta.
Y es cuando no respondes ni a las preguntas que te formulas, porque la solución es desconocida.
Sólo vas llenando los pensamientos de IMPOSIBLES, aunque no quieras pensar en ellos.
Es en ese momento, cuando nos vemos apoderados de un TEMOR mayor aún y es aquel que no tiene siquiera explicación.
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