"Cuando un capítulo llega a su fin, cerramos el libro y continuamos con una nueva historia. Nunca nos estancamos en una sola página". Así lo creé, tal pensamiento. Y es que así es la lectura. Cuando comenzamos a leer un texto, siempre estamos ávidos de saber desde el principio hasta el fin que pasará con los personajes. Como en una fantasía, así es la vida.
¡Claro, en la vida real todo es más sentido!
Pero en una historia que vivimos a diario, debemos cerrar ese capítulo que perturba nuestra vida, terminar aquello que no determina nuestra felicidad.
Porque quien sabe hacer daño jamás sabrá no hacerlo y porque es difícil luchar contra lo imposible e intentar tener algo que nunca tendremos.
Aunque el dolor a veces es por dentro, hay etapas que empiezan y otras que finalizan. Hay que saber identificar el principio y el final de cada una.
No podemos estancarnos, no podemos colocarle pausa al tiempo. La vida es una realidad y por ello no debemos detener el pasar de los segundos, minutos, horas... estos transcurren y se llevan poco a poco nuestros sentimientos.
Existe el hoy, el para siempre y el te extraño... pero también el ayer, el nunca jamás y el olvido... quienes llegan a tu vida tienen una misión en tu destino, aunque no siempre sea la que esperas.
Están quienes te quieren, te aman, te apoyan... pero también para quienes no eres importante o para los que somos interesantes cuando nos critican a diario.
Por ello, no podemos limitarnos a cambiar nuestras sonrisas por lágrimas. Las personas que llegan a nuestra vida para hacernos llorar, no merecen más que olvido.
No pensemos en lo malo de una vivencia que alguna vez nos hizo feliz. O en una persona que llegó para decepcionarnos. Dejemos que lo positivo se apodere de nuestros sentidos. Convirtamos lo negativo en algo aprendido.
Seamos mapas de un camino en el mundo. Y para armarlo, debemos educarnos en la vía que recorreremos antes de llegar.
No dejemos lo seguro, por lo que no tiene "pies ni cabeza". Por quien dice que te estima y no es capaz de dar lo mismo que le demuestras. Quien cree conocerte y apenas sabe poco de sí mismo.
La vida es pasajera, no es corta ni es larga... simplemente es incierta. Hoy estamos, mañana no sabemos.
Desde que comenzamos a caminar, hasta que aprendimos que es amar, besar, dar un abrazo, tener un amigo... hemos hecho de una costumbre una necesidad, de un cariño un tesoro, de una caída una experiencia. No te conformes con el amanecer desde que se asoma por la ventana, hasta la oscuridad en la que concilias el sueño.
Conviértete en el dueño de tu vida, en el poeta de tu destino. Las cartas están sobre la mesa, sólo tú sabes cómo jugarlas.
Eres tú quien vive, cambia y decide. No dejes que un simple susurro modifique tu historia, tu plan, tu meta y tu HOY.
Para ser expertos, siempre comenzamos siendo aprendices. Por ello, destínate a cambiar el rumbo, a cerrar ese capítulo, pasar la hoja, terminar el libro. Cada día es una nueva HISTORIA. Un nuevo COMIENZO.
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