sábado, 24 de enero de 2015

Reflexión



"Como nos vamos de este pobre país sin que el trauma del desplazamiento sea peor que seguir viviendo en esta ruina" ...

Me conseguí ese texto entre algunos que siempre guardo cuando me gustan... He de admitir que tiene una parte cierta. Muchos se preguntarán ¿qué se siente vivir en Venezuela con tantos problemas que hay? Para muchos ya se ha convertido en una costumbre, estamos acostumbrados a las malas noticias, estamos acostumbrados a subir "el Niágara en bicicleta"... También está el hecho de ¿cómo ayudar a que las cosas cambien si se ha intentado de todo y lo que menos hay es unidad?

Sí, aunque parezca mentira, vivimos en una encrucijada, estamos entre una espada y la pared, inclinándonos hacia la primera opción que salga, trabajando para tener dinero que sólo alcanza para comer (y si acaso), con profesionales ejemplares que no hayan que hacer con sus carreras. Los jóvenes o adultos nos las estamos viendo difíciles, y una de las primeras opciones es ¿será que me voy?... Sí, aunque para muchos suene descabellado huir de su país, para nosotros esto también se ha vuelto una costumbre. Poco a poco hemos tenido que decirle adiós a nuestros amigos, familiares y conocidos, entre lágrimas los hemos visto partir. El mundo entero ha pasado a ser un rompecabezas de Venezuela, cada país tiene sus piezas.Y en serio ¿será lo mejor? Irse también nos hace abandonar nuestro confort, nuestra identidad, porque afuera somos simplemente "los venezolanos", los extranjeros, hay una parte de nosotros que sigue impregnada de esta tierra...

Sí, hay que buscar salidas para lo imposible, quien quita que entre la espada y la pared también existan soluciones. Puede que algún día esa pared se derrumbe o el que alza la espada decida arrojarla... Al final de cuentas, en Venezuela nos sentimos también extranjeros, sin derecho a opinar de nuestro país y afuera sucumbimos al trauma de ver sufrir a quienes queremos. Sí, como dice este texto: "más profundo es nuestro dolor, cuando nos vencen con nuestras propias armas".


Nada le duele más a un venezolano que Venezuela.

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