Sí, mandar un mensaje a un extraño, que antes no era tan extraño, cuesta.
Y hemos de pensar en los recuerdos, en lo que fue y no fue, en que somos unos soberbios y otras tantas veces unos cobardes que sabemos tantas veces lo que queremos pero no como conseguirlo, porque tenemos miedo, porque las preguntas sin respuesta aterran y porque a veces es mejor la incertidumbre que enfrentarse de frente a una cruda realidad.
Cuándo enviaremos un mensaje sin pensar antes en las consecuencias, cuándo besaremos en una calle repleta de personas sin importar el qué dirán o el que pensarán, cuándo aceptaremos que algunos tabúes son los mayores placeres de la vida, como hacer el amor y no dejarlo ir ¿Cuándo dedicaremos tiempo a ser felices?
Cuándo entenderemos que tenemos una fecha de caducidad, y que no pide permiso para llegar.
Porque a fin de cuentas necesitamos lograr lo que queremos, necesitamos intentar y reintentar las veces que sean. Porque nacimos para batallar y ganar la guerra. #heahíeldilema
No hay comentarios:
Publicar un comentario