Ojos tristes, hermosos, alegres,
con luz u oscuridad.
Pestañas que mueve el viento y no
nos damos cuenta… Expresiones que se revelan con las pupilas...
Cuando te
acercas y no percibes lo que quiero decirte, con el matiz que asoma de esos
círculos de colores, que no se cansan de verte.
Ojos que revelan pequeños rayitos
de esperanza, como un cielo minado de estrellas luminosas, que anhelan ser
observadas.
Miradas que llaman, otras que
sonríen…
Miradas simpáticas, odiosas, hipócritas, sinceras, indescifrables, misteriosas, celestiales...
Lee el silencio cuando cierro mis
ojos y quiero abrirlos para no perderte de vista… porque no quiero que te
alejes de mí… sólo el hecho de tenerte tan cerca es querer estar en la
eternidad y el paraíso… ese lugar que no sé si podré alcanzar… pero no quiero
olvidar y dormirme, sabiendo que puedo despertar sin tenerte…
Así como cuando sueñas y quieres
hacer un deseo realidad, tu presente es mi deseo latente.
Mi mirada, aquella que se pierde
con la tuya… y es como que te pudiera tocar con la vista, cuando al igual que
yo sabemos lo que nos gusta. Miradas que transmiten la esencia del amor y de la
pasión. Saber que es fácil amar y ser amado.
Aún si nuestros cuerpos se tocan,
pero no nuestros ojos… Yo sé que esas pupilas son las puertas a nuestra unión,
que se fusiona al unísono. Como una cátedra que nos toca aprender, porque apenas somos aprendices en la materia y
profesores para educar al corazón.
Miradas que lloran y otras que
quieren ser felices….
Y podrías regalar todas las
miradas a la sociedad… aquellas que muestran carisma, cordialidad, educación e
impaciencia… pero nunca podrías revelar que tiene una que está enamorada… la
que sólo surge una vez de verdad, con ese rayito de luz y de felicidad.
Podríamos ilusionarnos mil veces sin
pensar… querer a distintas personas ... pero una única vez amamos con la vista, aquella que sensible no ve
imperfecciones… la que entrega su esencia misma.
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